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jueves, 5 de agosto de 2010

UNA NUEVA NARRATIVA COSTARRICENSE.


UNA NUEVA NARRATIVA COSTARRICENSE:
El laberinto del verdugo de Jorge Méndez Limbrick.
(Premio de novela Editorial Costa Rica 2009).


Después de dos críticas positivas que he leído del Laberinto del Verdugo me sumo con agrado a dichos comentarios.
Considero que lo más importante del texto narrativo es la nueva visión que Méndez Limbrick nos da de la ciudad de San José, de un mundo cifrado y develado por el mismo autor y que posee proyección más allá de nuestras fronteras dado que la novela también se desarrolla parte en Ciudad de México en los años 60 e Inglaterra para esos mismos años.

Ya lo había manifestado Carlos Cortés en un artículo de la primera novela de este autor (Mariposas Negras para un asesino y ganadora del Premio UNA-Palabra 2004) que Méndez Limbrick es un autor de la noche y toda su narrativa gira en las sombras y para las sombras.
Pienso que el gran tema es la violencia que se desarrolla en la novela como el gran fetiche del siglo xxi, un mundo alucinante y alucinado en donde no faltan las drogas, la corrupción y por supuesto la perversión en sus diferentes estadios: desde el crimen vanal y torpe hasta el crimen ritual y pagano sin dejar de lado las cofradías y los hombres que las ejecutan ocultos al amparo de las tinieblas y del poder político y económico.

La novela está divida en cuatro partes que se entrecruzan o se entrelazan unas con otras en forma inteligente. La primera parte que se titula “Tres narraciones infames” desarrolla tres acciones o discursos independientes pero que tienen que ver con el gran tema: la violencia totemizada y, por consiguiente, la búsqueda y la perversión (más que maldad) materializada en don Julián Casasola Brown y de su alter ego Arthur Blackwood.
La segunda parte: Amapola Reina de la Noche, es el análisis psicológico y la voz de su personaje principal Henry de Quincey un ex – detective y ahora abogado que, desde la primera novela se suma a la cacería de su archi enemigo don Julián Casasola Brown sospechoso e investigado por una serie de asesinatos.
Pero, por supuesto que a la narración y la introspección del personaje de Henry de Quincey se cuenta la vida y parte de la historia del Gran Archivero de la Noche y su mundo cotidiano– como apunta Alfonso Chase- en el Octaedro y en los diferentes Laberintos que conforman la Torre del Pacífico (hogar del Gran Archivero de la Noche).
Nos agradó el personaje del Gran Archivero de la Noche, personaje detectivesco e investigador de una serie de crímenes a través del siglo XX en Costa Rica y que son clave en la solución aparente de los crímenes que investiga Henry de Quincey en compañía de su inseparable Felipe Ossorio, personaje importante y de soporte a la narración principal.
Por último, cabe señalar la visualización enferma de una Zona Fantasma y sus diferentes zonas como la Zona del Vampiro o la Calle del Kilómetro sin dejar de lado –por supuesto- la atmósfera terrorífica y decadente de la Estación del Ferrocarril Eléctrico al Pacífico.
La tercera parte: Suite nocturnal o variaciones sobre un mismo tema. Narrada en narrador omnisciente e igual que la cuarta parte, es una gran disertación sobre la vejez, la lujuria, la impotencia, la prostitución, la corrupción con algo de perversión que son las “constantes” del texto narrativo. A mí personalmente me agradó la forma narrativa del texto que se proyecta en forma fluida y en momentos poética y harto reflexiva.
La cuarta parte: La Esfera Suprema. Como lo señalé está narrada en narrador omnisciente pero, un narrador omnisciente no tradicional sino de cámara cinematográfica y amoral que expone los hechos simplemente, que va desde los orígenes y la depravación de don Julián Casasola Brown hasta los lazos afectivos con dos protagonistas de la novela como son Francesco Rocco y Arthur Blackwood y que los une los ritos órficos y el esoterismo.

Considero que El laberinto del Verdugo es una novela que rompe con los moldes clásicos de la narrativa nacional en cuanto a su perspectiva de la realidad Josefina y de un mundo alucinante y alucinado que hasta ahora se vislumbra por primera vez en un novela costarricense. Con un lenguaje directo, sencillo y magistralmente escrita, el autor nos va llevando poco a poco, y de la mano de sus personajes más que a un mundo violento, yo diría que a un Universo violento, de perversión, drogas, esoterismo, asesinatos, vicios ocultos,hipocresías y traiciones, en donde la realidad o las realidades son la sumatoria de un caleidoscopio sombrío y enceguecedor a la vez.

Conocedor de las técnicas narrativas de la actual novela latinoamericana (como la concepción de un narrador omnisciente y amoral y que solo describe los acontecimientos SIN TOMAR PARTIDO y no como los narradores de la generación española del 98) el texto corre lento pero siempre interesante para un lector curioso en temas como los ya señalados.
El Laberinto del Verdugo es un texto que aparenta ser una novela policíaca pero no lo es, aparenta ser una novela gótica pero va más allá, aparenta ser una novela fantástica pero se resiste al analisis de solo fenómenos paranormales, aparenta ser una novela negra pero sus personajes transgreden las leyes de una novela negra porque constituyen la encarnación de lo demoníaco, la perversión con cierto morbo y veneno existencial que en algunos momentos dan paso a la meditación y la Filosofía... Pienso, que al final El Laberinto del Verdugo es una novela que nos invita a la reflexión de la violencia y la depravación de nuestro tiempo.


DanteRemixCRLiteraria.

8 comentarios:

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  4. !Pueda que tengas razon en todo... no lo se!

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  7. Jolines camarada Ruffino:

    Y tú Ruffino, eres más que bloguero: casi nadie deja comentario-cartas como los tuyos, pues todos prefieren "la ley del menor esfuerzo". En lo que apuntas tienes razón y ojalá el amigo -a- Dante tome tus consejos. Siempre admiro tu preocupación por los otros y tu deseo de mejorar las cosas sin un ápice de egoísmo.

    Abrazos,
    Justo Poe.

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  8. Dante: ya el mensaje te llegó.

    Abrazos,
    Frank.

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