LOS CONTEMPORÁNEOS:
este grupo de poetas mexicanos de la primera mitad del siglo XX es quizá comparable a la Generación del 27 en España.
Fue en torno a la Revista Contemporáneos (1928-1931) se reunió esta camarilla de poetas que a mí personalmente siempre me han dejado impresionado por su belleza tanto formal y los contenidos poéticos.
Es indudable que los Contemporáneos le dio a la lírica mexicana un período de esplendor y orgullo nacional. Entre ellos se pueden destacar los siguientes poetas: Carlos Pellicer, Bernardo Ortiz de Montellano, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Xavier Villaurrutia y Salvador Novo.
Los Contemporáneos fue un grupo predominante intelectual y de una estética exquisita, de una poesía cerebral y con matices surrealistas. Cabe destacar que como un apéndice de esta generación está Octavio Paz.
De este grupo de poetas transcribo un fragmento del poema "Muerte sin fin" de Gorostiza y el segundo es un poema de Xavier Villaurrutia. De ambos textos poéticos Octavio Paz manifestó lo siguiente: De Muerte sin fin: “los extremos que presiden esta obra transparente y vertiginosa son Parménides y Heráclito. Dentro de la impresionante belleza formal de Muerte sin fin, se ha dicho está formulada una profunda angustia metafísica: racionalmente no hay esperanza. El movimiento es circular, estéril, repetitivo... todo el proceso es un verdadero retorno a la verdadera muerte, la nada absoluta... (...) del poemario Nostalgia de la muerte dijo: “Esos quince poemas cuentan entre los mejores de la poesía de nuestra lengua y de su tiempo, es decir, entre 1920 y 1950”.
He aquí el inicio de este gran poema "Muerte sin fin":
LLENO de mí, sitiado en mi epidermis
por un dios inasible que me ahoga,
mentido acaso
por su radiante atmósfera de luces
que oculta mi conciencia derramada,
mis alas rotas en esquirlas de aire,
mi torpe andar a tientas por el lodo;
lleno de mí —ahito— me descubro
en la imagen atónita del agua,
que tan sólo es un tumbo inmarcesible,
un desplome de ángeles caídos
a la delicia intacta de su peso,
que nada tiene
sino la cara en blanco
hundida a medias, ya, como una risa agónica,
en las tenues holandas de la nube
y en los funestos cánticos del mar
—más resabio de sal o albor de cúmulo
que sola prisa de acosada espuma.
No obstante —oh paradoja— constreñida
por el rigor del vaso que la aclara,
el agua toma forma.
En él se asienta, ahonda y edifica,
cumple una edad amarga de silencios
y un reposo gentil de muerte niña,
sonriente, que desflora
un más allá de pájaros
en desbandada.
En la red de cristal que la estrangula,
allí, como en el agua de un espejo,
se reconoce;
atada allí, gota con gota,
marchito el tropo de espuma en la garganta
¡qué desnudez de agua tan intensa,
qué agua tan agua,
está en su orbe tornasol soñando,
cantando ya una sed de hielo justo! (...)
José Gorostiza (1901-1973) nació en Villahermosa, Tabasco, mas no
existe en él ese torrente de colores, música y palabras que baña la obra
de otros poetas del trópico. Gorostiza es más bien un poeta de la meseta
—dura, cristalina, seca—, y, como condicionada por ésta, su producción
literaria es reducida.
El autor ha sido descrito así por Ermilo Abreu Gómez: “José es de cuerpo
mediano, de cara delgada, pálida, de facciones regulares. Habla con
lentitud, como sopesando las ideas. Le agrada la conversación recatada
la charla discreta cerca del fuego o junto a la mesa de café... José me da
la impresión de que escribe sin prisa. La obra que compone la va elaborando,
con lentitud de árbol, en su espíritu. Cuando se pone a escribir es
porque el poema ha superado todas las dificultades que tiene que vencer.”
Por su parte, Gorostiza dijo que el hombre común “necesita de la poesía,
que sople sobre su vida y la embellezca: que la salve de los tremendos
infortunios que la amenazan y la haga digna de ser llevada con orgullo
sobre los hombros”.
***
Xavier Villaurrutia. (1903-1950).
Dramaturgo y poeta.
Obra poética: Reflejos (1926), Nocturnos (1933), Nostalgia de la muerte (1938), Décima muerte y otros poemas no coleccionados (1941), Canto a la primavera y otros poemas (1948). Villaurrutia es el poeta de lo onírico, de la melancolía, del sueño, de la sombra y de la muerte. En este poema cada imagen está concatenada con la siguiente en un ritmo lento, pausado, casi soñoliento, que poco a poco nos empuja al no-ser, al vacío, a la Nada.
NOCTURNA ROSA.
Yo también hablo de la rosa.
Pero mi rosa no es la rosa fría
ni la de piel de niño,
ni la rosa que gira
tan lentamente que su movimiento
es una misteriosa forma de la quietud.
No es la rosa sedienta,
ni la sangrante llaga,
ni la rosa coronada de espinas,
ni la rosa de la resurrección.
No es la rosa de los pétalos desnudos,
ni la rosa encerada,
ni la llama de seda,
ni tampoco la rosa llamarada.
No es la rosa veleta,
ni la úlcera secreta,
ni la rosa puntual que da la hora,
ni la brújula rosa marinera.
No, no es la rosa rosa
sino la rosa increada,
la sumergida rosa,
la rosa nocturna,
la rosa inmaterial,
la rosa hueca.
Es la rosa del tacto en las tinieblas,
es la rosa que avanza enardecida,
la rosa de rosadas uñas
la rosa de los dedos ávidos,
la rosa digital,
la rosa ciega.
Es la rosa moldura del oído,
la rosa oreja,
la espiral del ruido
la rosa concha siempre abandonada
en la más alta espuma de la almohada.
Es la rosa encarnada de la boca,
la rosa que habla despierta
como si estuviera dormida.
Es la rosa entreabierta
de la que mana sombra,
la rosa entraña
que se pliega y expande
evocada, invocada, abocada,
es la rosa labial,
la rosa herida.
Es la rosa que abre los párpados.
la rosa vigilante desvelada,
la rosa del insomnio desojada.
Es la rosa del humo,
la rosa de ceniza
la rosa negra de carbón diamante
que silenciosa horada las tinieblas
y no ocupa lugar en el espacio.
Dante:
ResponderEliminarFalta en tu lista mi amigo el poeta Humberto Garza. Inclúyelo por favor!!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarDante: También incluyo en esta entrada (aunque quede en los comentarios pues no has hecho un trabajo exhaustivo) a Efraín Huerta, Rosario Castellanos, Alfonso Reyes, Rubén C. Navarro, Rubén Bonifaz Nuño, Enrique González Martínez…
ResponderEliminarToda esta generación contaba con gran pericia en la escritura, lo mismo que las grandes luminarias de los Románticos en la segunda mitad de los años 1800s.
Frank Ruffino.
Hago la aclaración al señor Frank R que la generación de los Contemporáneos fue una generación que es disutible quiénes están y quiénes no... sin embargo, a Gorostiza y Xavier Villaurrutia se les ha considerado dentro del grupo como de los mejores. El poeta que nombrás no lo conozco... averiguaré. Gracias por pasar por acá...
ResponderEliminarVaya pensé que había dejado comentario...decía
ResponderEliminarque me ha gustado cada uno de los poemas.
Besos y amor
je
Gracias a Frank, a Sedemiuqse y a Cristian Marcelo Sanchez por unirse al blog. !Espero no defraudarlos!En cuanto a Gorostiza es interesante porque en realidad no escribio demasiado al igual que Villaurrutia. Sin embargo... !Son gigantes de verdad!
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